5.7.04
 
Tossa (1)
Como algunos de ustedes sabrán, y por si no lo saben yo aquí se lo enarro, nuestro amigo y bloguero Paquirrín 1/4 (AKA Electroboy, AKA Yordi, AKA la segunda carita empezando por la izquierda) se crió en la Selva. Como "Mogli". En la localidad de Tossa de Mar, concretamente. Paquirrín me ha explicado en muchas ocasiones detalles de su pueblo, especialmente los que hacen referencia a la fauna freak tossenca. En todas partes hay personajes raros, pero mientras que en la urbe el anonimato y el ajetreo hacen menos perceptible el factor freak, en los pueblos todo el mundo se conoce y los personajes curiosos cantan como almejas.

La semana pasada Paquirrín me propuso pasar unos días en Tossa, hospedándome en su casa y con el transporte hasta allí solucionado. "¡Viva la virgen!", pensé para mis adentros, pero pronuncie un más diplomático "Ah, me apunto, perfecto". El jueves partíamos en todoterreno desde Barcelona hasta Tossa Paquirrín, Ona (su "mujer"), Aina (amiga de Ona) y un servidor. Conducía la señora de Paquirrín. Por cierto, por una de esas casualidades que hacen exclamar a la gente "el mundo es un pañuelo", Ona, Aina y yo fuimos al mismo cole, ellas un curso por debajo que yo (el mérito de este hecho se debe simplemente a que yo nací algo antes que ellas). El cole, recientemente reformado a nivel arquitectónico, siempre ha sido muy hermético, supuestamente elitista, con normas raras y autoridades severas y lunáticas. Pues bien, a mí siempre me ha dado palo dar explicaciones -especialmente las de mi pasado escolar-, pero a Jordi no hace falta explicárselas porque conoce las peculiaridades de mi colegio después de habérselas oido a Ona y a Aina cienes y cienes de veces.

Llegamos a Tossa, dejamos el equipaje en can Paquirrín. Comemos de gorra en el bar del padre de Paquirrín. Por la tarde vamos a casa de Ona, cerca del castillo de Tossa, que tiene piscina, unas vistas preciosas y Nintendo64, entre muchas otras cosas. Cena chez Paquirrín, sus padres muy amables, me trataron la mar de bien.

Por la noche fuimos a ver el castillo de fuegos artificiales (que se hace desde el castillo de Tossa; lo digo porque en otros sitios hacen castillo de fuegos sin tener castillo), los cuatro de antes y David e Isaac, amigos de Paquirrín. Sentados en la arena de la playa contemplamos todo el repertorio de magia y churrusqueo pirotécnico. El grueso de espectadores exclamaban "¡Oooh!" cuando crujían las palmeras y los dientes de león más chanantes. A lo que Paquirrín, punki él, respondía: "Joder, com és la gent, que això està més vist que el cagar", o algo por el estilo. Yo me reía pero por dentro era de los que mascullaba "¡Oooh!", porque de verdad que los fuegos artificiales fueron chulísimos.

Luego empezamos la ronda de visitas a bares y locales, donde tuvieron lugar momentos de alto frikismo, pero eso lo dejo para el siguiente post...

Comenta la jugada, payo:  

 


Powered by Blogger